P. ¿Qué influye más en la formación de lectores, la familia, la escuela, los medios de comunicación?
R. Los orígenes familiares tienen una importancia decisiva en la formación de lectores, en el éxito escolar y en las carreras profesionales. Más tarde, la escuela puede aumentar ese determinismo social, ese clasismo, aunque también puede corregirlo porque el sistema educativo brinda posibilidades de aprendizaje, de bibliotecas, de estímulos de todo tipo
... Paralelamente a la familia y a la escuela, los medios de comunicación juegan un papel básico de referencia para alentar a la lectura.
P. ¿Puede la escuela impulsar más la lectura? ¿Cómo debería hacerlo?
R. La escuela aparece hoy como el centro neurálgico de muchos debates culturales. Creo que le pedimos al sistema educativo cosas que no puede ofrecer, le exigimos a los profesores que respondan a retos del siglo XIX y, al mismo tiempo, a desafíos del siglo XXI. Me parece que es fundamental que se integren las manifestaciones audiovisuales y la cultura más clásica, que en la actualidad sufren un desfase en la enseñanza. Esta doble tarea, tan difícil de llevar a cabo, es la que, a mi juicio, convierte a los profesores en los auténticos héroes contemporáneos.
(El País, 17 de diciembre de 2005)
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