domingo, 13 de enero de 2013

Emancipación social o barbarie... leyendo una entrevista a Jorge Valadas

     Jorge Valadas reflexiona en esta interesante entrevista sobre el papel de los sindicatos, los movimientos indignados y las luchas de clases en el momento actual del capitalismo. Analiza la situación en China –país que él conoce bien y del que ha escrito diversos trabajos, como su reciente Les mots qui font peur, junto a Hsuan-wou Hsi– así como las protestas y acciones de los indignados en España y del movimiento Occupy en Estados Unidos, o las luchas estudiantiles en Canadá. 
     Para pensar el momento presente y la crisis capitalista, rescata Valadas a pensadores y activistas olvidados como Paul Mattick y Pierre Souyri. De este último subraya unas palabras escritas ya en 1974 y que reflejan bien la estrategia del neoliberalismo en nuestros días y sus posibles efectos: "Una política desconsideradamente retrógrada en materia de salarios podría tener como efecto hacer crecer en el proletariado una desesperanza y una ira peligrosa, sin por ello modificar sensiblemente la tasa de beneficio de una manera positiva”Para Jorge Valadas "estamos asistiendo al alba de un largo periodo en el que el capitalismo volverá a demostrar su peligrosidad como sistema. Todavía no somos capaces de imaginar las consecuencias políticas. La alternativa emancipación social o barbarie vuelve a ponerse en evidencia. Las formas que adoptará un posible movimiento emancipador serán nuevas, como las de la barbarie política, pues tampoco son ya de actualidad las del viejo fascismo, sistema político y social de la contrarrevolución, variante totalitaria del intervencionismo de Estado. Leer hoy en día a Mattick y a Souyri, entre otros, puede ayudarnos a discernir dónde nos encontramos y los caminos a evitar".
     Siempre atento a las voces y luchas de resistencia, Jorge Valadas nos muestra la singularidad, pero también los hilos de conexión que existen entre algunos movimientos populares en diferentes puntos del planeta. En el gigante asiático, por ejemplo, están desarrollándose luchas obreras –donde juegan un papel importante los mingong o comunidades de trabajadores sin derechos y violentamente explotados– que escapan al control de cualquier organización política o sindical y que "expresan el deseo de una sociedad diferente, no desigual, no represiva, no controlada por la mafia del partido". En España y Estados Unidos, los movimientos indignados y de occupy (mezcla de diferentes grupos sociales que reciben los embates del capitalismo) han vuelto a sacar a la luz ideas hace tiempo olvidadas como la organización de base y la construcción de colectividades no jerárquicas. Hay un gran potencial de energía y creatividad en estas luchas: contra los desahucios y los bancos, ocupaciones de edificios y tierras, apoyos a huelgas y movilizaciones... Sin perder de vista sus contradicciones y ambigüedades, estos movimientos son "una forma de lucha que corresponde al periodo actual de la lucha de clases. Despiertan a la sociedad y a los explotados más conscientes haciéndoles ver los peligros del capitalismo, de la necesidad de dejar atrás la letanía clásica de la reivindicación inmediata para plantearse cuestiones sobre el futuro de la sociedad".
     

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