"¿Cree que estamos ante un cambio de paradigma?
--Yo prefiero el término cambio de rumbo. Porque están en revisión
los tres grandes principios que consolidaron la democracia después de la
catástrofe de la Segunda Guerra Mundial: uno, la educación responsable y
exigente; dos, las políticas fiscales que favorecen a los que menos
tienen y gravan a los ricos; y tres, una clase política siempre
respetuosa con la soberanía nacional.
Me habla de la educación...
--Habíamos pensado durante un tiempo que una sociedad civil
democrática que le diera valor a la educación, era la solución a todos
los problemas; en los últimos años, posiblemente por el consumo masivo,
se ha producido que los gobernantes han vuelto a estimular la ignorancia
y los ciudadanos han dejado de darle valor a la educación.
Ellos saben perfectamente lo que hacen...
--Tener ciudadanos poco críticos es siempre una ventaja para el
poder. E insisto en la idea de que creíamos que con la transición y la
democracia habíamos dado un cambio a esa seña de identidad española
durante tanto tiempo. Que se resume en la idea, procedente de los
tiempos del caciquismo, que era mejor estimular la ignorancia que
promover la educación.
¿Todo esto sucede en parte porque no conocemos nuestra historia?
--La historia de Europa da importantes lecciones para explicar la
crisis económica, de representatividad política, el ascenso de
movimientos xenófobos y de ultraderecha en muchos países de Europa...
Pero en España la historia del siglo XX se mantuvo fuera de las aulas.
¿Es también partidario de que no sean los políticos los que diseñen los planes de educación?
--Soy partidario de un amplio acuerdo sobre la educación, de conocer
los planes en aquellos países donde mejor han funcionado. Y de abordar
definitivamente el problema de una educación supuestamente laica, pero
claramente condicionada por los conciertos con la Iglesia Católica".
(entrevista completa en el Periódico de Aragón)
No hay comentarios:
Publicar un comentario