"Otro campo educativo mucho más sincero es el de los sacrificados maestros de escuela, muchas veces simplemente obreros cultivados que se dedicaban a la enseñanza de los obreros adultos y de los niños de clase trabajadora. En este campo destaca Joan Rogé, quien dirigía la escuela Llum, en la calle Alcolea de Sants, y más tarde otra en Esparreguera, en la segunda década del siglo XX. Rogé había nacido hacia 1880 en Tortosa, procedente de una familia de gitanos catalanes. La Llum fue, hasta los primeros años de la República, también centro de alfabetización de adultos y de discusiones obreras, por donde pasaron Seguí, Quemades, Boal, Peiró, Pestaña, y Acín cuando estaba en Barcelona. Según el testimonio de Pere Foix 'Delaville', que vivió aquellos ambientes, escribe lo siguiente en Apòstols i Mercaders: 'Rogé vivía pobremente. La escuela, que era su único ingreso económico, apenas le daba para vivir. La ropa que llevaba estaba lustrosa por el uso, y zurcida. Por la mañana desayunaba una sardina a la brasa y una rebanada de pan con tomate. La comida era magra y sobria la cena. Mal alimentado, mal vestido y, cuando la política iba de capa caída, la policía siempre le estaba acosando'.
Posteriormente destacó Josep Torres i Tribó, nacido en Aberca en 1889, y muerto en el campo de concentración de Mauthausen al 1940. Este era maestro, por la Escuela Normal de Lleida, un puritano, individualista y arisco, que no fumaba ni bebía. Abrió una escuela en el Ateneo Libertario de la Sagrera, donde tenía sesenta alumnos, hijos de obreros, de siete a catorce años. Coeducaba y despertaba el gusto por la lectura, entre otras con las novelas de aventuras de Jack London (que, por cierto, también eran lectura de Lenin). Solà dice que Torres 'procuraba que su militancia faísta no trascendiese a la escuela', y que 'el idealismo de Torres Tribó deja entrever un cierto espiritualismo, un positivo sentimiento religioso, entre franciscano y tolstoiano, y profundamente antidogmático'."
Ahí están presentes algunos de los rasgos primordiales del hilo pedagógico libertario: alfabetización de niños y adultos, conciencia obrera, puritanismo moral, amor por los libros, coeducación, cultivo de una espiritualidad laica y antidogmatismo. Nuestra es la tarea de retomar ese hilo y actualizarlo en este duro siglo XXI.
(Cita extraída de Historia del anarquismo en España (1870-1980), del historiador Josep Termes. Barcelona, RBA, 2011; pp. 283-284)
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