El sociólogo británico Basil Bernstein fue entrevistado por Cuadernos de Pedagogía en octubre de 1979. Después de casi 35 años, me parece que sus análisis siguen ayudándonos a pensar y a actuar. Preguntado por las relaciones entre el cambio social y el cambio educacional, respondió:
"Desde mi punto de vista, si no hay cambios en la sociedad, la cantidad de cambios posibles en la educación está ciertamente restringida; esto no quiere decir que si no hay cambios en la sociedad los cambios educativos sean imposibles; sólo quiere decir que los objetivos y estrategias para el cambio serán restringidos. Sociedad y educación no son términos que puedan tomarse aisladamente, porque la sociedad está viva en el interior de la escuela; en ningún otro sitio como en la escuela se revela tan vivamente la sociedad, implícita y explícitamente. Para cambiar las posibilidades de cambio en la escuela se requieren cambios fuera de la escuela, en las estructuras políticas y económicas; por tanto, a menos que haya cambios a nivel político y económico es difícil introducir cambios en las posibilidades de cambio. Pero esto no debe hacer olvidar que en cualquier circunstancia hay cosas que siempre se pueden hacer: uno puede empujar: siempre que sea posible se debe empujar, se deben poner al descubierto los presupuestos ideológicos escondidos tras las prácticas educativas, se debe hablar y publicar, porque esto hace que el debate y la discusión se mantengan, que las contradicciones se vayan poniendo de manifiesto, vayan saliendo a la luz; esto es lo que debemos hacer siempre".
(...)
"Creo que en los maestros hay un potencial para el cambio y que se deben aprovechar las formas de utilizar ese potencial. El problema es que la enseñanza es una actividad aislada y aisladora: uno llega a la escuela, da su clase y se marcha de la escuela sin haber hablado apenas con otros profesores (algo parecido les sucede también a los niños); es una actividad muy aislada. Hay que encontrar fórmulas para reunir a los maestros, crear estructuras que permitan a los maestros juntarse –y mejor en pequeños grupos que en grandes asambleas–, reunirse y hablar y discutir de esos problemas sin sentirse perseguidos por esos mismos problemas. Todo esto son posibilidades, son cosas que pueden hacerse a pesar del hecho de que las estructuras políticas y económicas externas a la escuela controlen las posibilidades de cambio en el interior de la escuela (porque realmente hay un control en este sentido, yo sostengo que cuando la economía de un país es boyante, la escuela se hace más experimental y la jerarquía se relaja en su interior; tan pronto como la economía va mal y aumenta el desempleo, la escuela es más jerárquica y menos experimental)".
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