lunes, 24 de mayo de 2010

Espacio y democracia: ¡Las ciudades para quienes las habitan!

     Una de las constantes del pensamiento y del movimiento anarquista es su preocupación por el espacio. El objetivo no es prepararse para la lucha final, sino transformar en el día a día los espacios cotidianos donde vivimos. La libertad está reñida con un orden concentracionario o de control y, por tanto, los espacios de trabajo y de ocio han de ser espacios de autonomía y de creatividad, auténticos lugares públicos controlados por la comunidad.
     No es una casualidad que dos clásicos del anarquismo, Kropotkin y Reclus, fueran geógrafos y que mostraran un inusitado interés por estudiar el territorio y ponerlo en relación con la organización de la nueva sociedad libertaria. No podemos olvidar tampoco que uno de los principales logros de la revolución libertaria de 1936 en España fue la puesta en marcha de las colectividades, tanto en el campo como en la ciudad. Del mismo modo, detrás de gran parte del movimiento okupa de nuestros días está esa concepción libertaria de dar vida a espacios muertos, de habilitar espacios que han sido abandonados y degradados por la lógica del capital y de la especulación inmobiliaria.
     La ocupación, gestión y dinamización de espacios es un elemento crucial para la socialización, para el aprendizaje de la cooperación y la solidaridad, para la discusión y el debate, para la elaboración de un pensamiento colectivo, así como para el disfrute y la diversión. 
     A continuación, añado un vídeo de José Manuel Naredo, uno de esos pensadores globales imprescindibles para entender nuestro tiempo. Naredo es un intelectual crítico difícilmente encuadrable en una sola disciplina académica. Aunque de formación economista, en sus escritos relaciona múltiples saberes: historia, ecología, geografía, política, sociología... y en ellos aborda aspectos relacionados con temas como la teoría económica, la economía ecológica, los flujos de materiales y energías, el agua, la agricultura, el metabolismo de las ciudades, el boom inmobiliario, la democracia y un largo etcétera. 
     El vídeo es una entrevista a raíz de la concesión en 2008 del Premio Internacional de Geocrítcia. Naredo apunta la importancia de que las ciudades pertenezcan a sus ciudadanos y no al capital; critica esta democracia actual de baja intensidad y defiende una sociedad civil fuerte para que, citando a Aristóteles, las ciudades no la hagan las piedras, sino las personas que viven en ellas. El nuevo proyecto ciudadano para que sea verdaderamente democrático tiene que apoyarse en tres patas: 1. Existencia de un sistema de información para saber cuál es el patrimonio urbano y en qué estado se encuentra; 2. Participación social informada; 3. Núcleo administrativo con competencias. 











Os dejo también un enlace a Rebelión con diferentes artículos breves de José Manuel Naredo aparecidos recientemente en prensa.

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