martes, 13 de octubre de 2009

VIVA LA ESCUELA MODERNA


Un día como hoy de hace un siglo, el 13 de Octubre de 1909, fue ejecutado el pedagogo libertario Francisco Ferrer Guardia. Su condena a muerte, que despertó un movimiento de solidaridad en gran parte de Europa, hay que enmarcarla en la huelga general y la revuelta popular que estalló en Barcelona y otras poblaciones catalanas en julio de 1909 para evitar el embarco de reservistas que iban a luchar en Marruecos. Ferrer fue considerado, sin pruebas fiables, uno de los instigadores principales de la revuelta. Una revuelta que fue mucho más profunda que el rechazo del embarco de reservistas hacia Marruecos y donde estaba presente como telón de fondo la precariedad social de las clases populares, el odio de clase hacia la burguesía, el antimilitarismo y “la frustración que supuso para esta clase obrera el cierre de todas sus iniciativas escolares, que representaban el único camino posible hacia un proyecto de autoeducación que no les estaba asegurado por un Estado central abúlico y ajeno a sus problemas”. Para entender y enmarcar la figura de Ferrer Guardia en un contexto social más amplio es sumamente recomendable la lectura de La semana trágica. Barcelona en llamas, la revuelta popular y la Escuela Moderna. Madrid, La esfera de los libros, 2009. Escrito por la historiadora Dolors Marín y de donde extraigo la cita anterior (p. 19).
Ferrer Guardia había impulsado La Escuela Moderna, una escuela que quería ser laica, integral, mixta, racional e interclasista. El Estado y la Iglesia no estaban dispuestos a aceptar un modelo educativo tan moderno y contrario a sus intereses. El fracaso de aquella semana revolucionaria fue también, pues, el fracaso de las propuestas educativas de racionalistas y anarquistas. De una escuela que veía la educación como una herramienta de liberación personal y de transformación social, de una escuela crítica y libre, antiautoritaria, sin premios ni castigos, con derechos y obligaciones, una escuela conectada con su entorno social y natural, coeducadora de sexos y clases sociales, una escuela que trabajara los razonamientos y desvelara la falsedad de los dogmas.
En estos tiempos que corren, las propuestas de la Escuela Moderna pueden aportar algo de luz para salir de la crisis educativa, pues no en vano lo que más se escucha en los medios de comunicación, en las instituciones políticas y entre no pocos círculos de maestros y profesores es la necesidad de políticas más autoritarias y de modelos más disciplinarios. Y todo ello con una Iglesia que no deja de importunar y de sacar la mayor tajada en lo que para ellas es el negocio educativo.
(La 2 de TVE emitió un documental sobre la Escuela Moderna que se puede ver en el siguiente enlace)

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