miércoles, 23 de mayo de 2012

La Ortografía: una señora muy mandona

Para Pura


     
     El filósofo Manuel Cruz recordaba en una entrevista la importancia que tuvo para él el paso por un centro de enseñanza de jesuitas en el que se insistía especialmente en dos cuestiones: leer y escribir. Quizá sean las dos piedras angulares sobre las que ha de construirse todo lo demás.
     Una presentación ordenada, una escritura correcta, una expresión fluida, un vocabulario rico... Cuestiones sin duda que han de ser centrales en los centros de enseñanza, pero que resultan muy difíciles de adquirir y en las que hay que ejercitarse mucho. Me gusta, por supuesto, cuando un/a estudiante entrega un ejercicio con estas características. Y lo valoro bastante. 
     Aunque estoy de acuerdo en que hay que ser exigente en este terrreno, tengo, sin embargo, un cierto recelo a esos planteamientos de profesores que convierten la ortografía en una cuestión de estado y se indignan poniendo el grito en el cielo ante esta o aquella falta de ortografía que ha cometido algun@ de sus estudiantes. Cuando los oigo se me viene a la cabeza aquella pintada en los muros de la Sorbona, en mayo del 68 en París:

  L'orthografe est une mandarine

     La ortografía es una mandarina. Entre las acepciones de "mandarín, na" que podemos encontar en el diccionario de la RAE, una es la de lengua sabia que se habla en China; también está la de persona que ejerce un cargo subalterno y es tenida en poco. Y  la de: dicho de una persona: mandona. Quizá la ortografía se ha convertido un poco en eso, en esa Señora que viene de una tierra lejana, muy mandona ella, pero a la que se le echa poca cuenta porque todo el mundo sabe que, por mucho que quiera imponerse, en el fondo no es más que una mandada.

1 comentario:

  1. Si supieras como se toman el asunto los profes de lengua de mi centro, para ellos es la DIOSA sagrada e intocable. No estaban de acuerdo en que no penalizáramos en los, sí, exámenes las faltas de ortografía. ¿Qué opinas?

    ResponderEliminar