Asistí hace unos días a unas jornadas de fomento de la lectura y bibliotecas escolares. Hojeando alguno de los materiales que se nos entregó, me encuentro con esta cita de la antropóloga y socióloga francesa Michèle Petit:
"No es que leer lo haga a uno virtuoso, no hay que ser ingenuo: es sabido que la historia es prolija en tiranos o perversos letrados. Pero leer puede volverlo a uno algo rebelde, e infundirle la idea de que es posible apartarse del camino que habían trazado otros, escoger la propia ruta, su propia manera de decir; tener derecho a tomar decisiones y participar en un devenir compartido, en vez de siempre remitirse a los demás. Estar familiarizado con los juegos del lenguaje permite estar menos desprotegido ante cualquier charlatán que pase por ahí y proponga curarle a uno heridas con una retórica simplista.
Lo que está en juego en el desarrollo de la lectura, en particular entre los jóvenes hombres y mujeres para los que leer no es algo natural, no me parece reducirse a una cuestión 'social'. Lo que está en juego creo yo que atañe a la ciudadanía, a la democratización profunda de una sociedad".
[En Nuevos acercamientos a los jóvenes la lectura. México, FCE, Espacios para la Lectura, 1999]
No hay comentarios:
Publicar un comentario