martes, 17 de enero de 2012

Fraga y la memoria colectiva

     Esta mañana pregunté en clase a mis estudiantes de 2º de Bachillerato si sabían quién había muerto la noche del pasado domingo y qué habían escuchado en los telediarios acerca de su figura. ¿Qué importancia podíamos atribuirle a Manuel Fraga Iribarne en la historia reciente de España? La mayor parte dijo que fue un político importantístismo para el desarrollo de este país, que se bañó en Palomares durante el franquismo, que hizo muchas cosas buenas para la democracia (especialmente con la Constitución) y que fue el fundador del Partido Popular.
     Esta fue, de manera simple y en cuatro trazos, lo que me comentaron mis estudiantes y respondía en buena medida a la imagen que transmitieron ayer -y están transmitiendo hoy- la inmensa mayoría de los medios de formación de masas y casi todos los políticos entrevistados en esos medios. 
     No hay que olvidar, sin embargo, que Fraga fue un franquista convencido y que vivió con absoluta impunidad. Conviene recordar el lado oscuro del político gallego, sus sombras, porque de sus luces, como escribe Ignacio Escolar en su columna de Público, ya se están encargando un sinfín de obituarios desde las distintas tribunas y medios. 



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