sábado, 1 de octubre de 2011

Tres apuntes

Uno. Me llega un correo de la querida Pepitas de calabaza anunciando una novedad editorial: la segunda parte de los Diarios (2004-2007) de Iñaki Uriarte. En una de las entradas de esos diarios el escritor apunta: "Esencia del pensamiento conservador: creer en las elites, creer que hay personas mejores que otras y que se merecen más. Y lo que suele ser risible: creer que tú eres una de ellas. [...]"


Dos. Compro para la biblioteca del instituto Cometas en el cielo de Khaled Hosseini. El libro, que está dedicado a Haris y Farah y a los niños de Afganistán, comienza así: "Diciembre de 2001. Me convertí en lo que soy hoy a los doce años. Era un frío y encapotado día de invierno de 1975. Recuerdo el momento exacto: estaba agazapado detrás de una pared de adobe desmoronada, observando a hurtadillas el callejón próximo al riachuelo helado. De eso hace muchos años, pero con el tiempo he descubierto que lo que dicen del pasado, que es posible enterrarlo, no es cierto. Porque el pasado se abre paso a zarpazos. Ahora que lo recuerdo, me doy cuenta de que llevo los últimos veintiseis años observando a hurtadillas ese callejón desierto."


Tres. Recibo el último número de Quaderns d'educació continua: Històries de vida i emancipació, coordinado por Ignacio Rivas de la Universidad de Málaga. Se trata de un conjunto de historias de vidas que están narradas desde la diferencia, la exclusión o la marginalidad y la resistencia, mostrando al mismo tiempo la posibilidad de la transformación de la realidad. He colaborado con el relato de Pedro Barrio: "Fulls d'ametllers, llibres i paraigües. Història de vida d'un obrer anarquista" ("Hojas de almendros, libros y paraguas. Historia de vida de un obrero anarquista"). 


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