jueves, 18 de marzo de 2010

El anarquismo y la reforma de las costumbres

Los anarquistas han insistido siempre en que su Idea, el anarquismo, es sobre todo una forma de vivir, una nueva manera de estar en el mundo. De ahí la importancia que para ellos tiene la propaganda de una nueva moral y la práctica de unos nuevos valores. En las primeras décadas del siglo XX, los obreros conscientes del anarquismo lucharon, no siempre con éxito, por desterrar viejas tradiciones y reformar unas costumbres que ellos consideraban caducas y salvajes. Muchos de estos anarquistas conscientes rechazaban los juegos de azar, se abstenían de fumar y de beber alcohol, practicaban el naturismo y el vegetarianismo, así como defendían el respeto a todos los seres vivos.
Estos días se debate en España acerca de la legitimidad de las corridas de toros, sobre el sufrimiento de estos animales y sobre la conveniencia o no de prohibir esta práctica. Pues bien, a comienzos del siglo XX, en el reglamento de la sociedad obrera de Albendín (aldea de la provincia de Córdoba) se aseguraba que son objetivos de la sociedad: "la protección de la mujer, del niño, del anciano, de los árboles y de los animales... y combatir enérgicamente el bárbaro espectáculo de los toros y de las riñas de gallos y cualquier otro que pueda herir los sentimientos humanos". (Extracto recogido por Juan Díaz del Moral en su imprescindible obra Historia de las agitaciones campesinas andaluzas)

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