lunes, 8 de febrero de 2010

Diario de Barcelona (II): días rebeldes

En una cafetería cercana al Arc de Triomf, tomé café con Quim Sirera, director de la colección Límites de la editorial Octaedro. Es una colección de pensamiento crítico y de memoria disidente cuyos títulos nos llevan desde la Barcelona rebelde hasta las luchas sociales de la Cochinchina durante la dominación colonial, desde los quilombos libres brasileños del siglo XVII hasta la Alemania destruida tras la Segunda Guerra Mundial. 
Durante la conversación, Quim Sirera me habló del último libro de esta colección: Días rebeldes. Crónicas de insumisión. Un conjunto de textos breves sobre algunas de las rebeliones y sublevaciones que se han producido contra el poder a lo largo de la historia, desde el 3000 a.n.e. en Mesopotamia hasta las revueltas de 2008 en Grecia. Es un libro colectivo en el que colaboran más de cincuenta autores, de nacionalidades diferentes, y en el que se retratan más de cien momentos singulares de insurrección a lo largo y ancho del planeta. Como señalan los coordinadores del libro en su introducción: "Actos, acontecimientos, palabras rebeldes, no fijados de una vez por todas, no consignados como ya hechos y acabados, congelados en su instante ya perfilado, sino captados justo en el momento en que se abren; no fechados y colocados en su día conmemorativo, al que acudir religiosamente, sino intempestivos. Acontecimientos, actos y palabras que abren el pasado a un posible -posible, no utópico- más allá del estado de cosas impuesto por los que se creen amos, más allá de la servidumbre individual y colectiva".


El libro no trata de ser una historia de los movimientos sociales, sino más bien una mirada cómplice desde el presente a acontecimientos del pasado que nos ayudan a interrogarnos de forma crítica sobre nuestra situaciónn actual. "La historia que conocemos es básicamente la historia escrita desde el Poder, que hace hincapié en aquellos acontecimientos que más han favorecido su perpetuación, silenciando o narrando a su manera aquellos otros que han atentado conra él. Queremos en este libro fijarnos precisamente en estos últimos. Anotar aquellos acontecimientos (...) que marcaron una orientación posible de la historia en contra de su actual curso, en el sentido de desplegar lo que de más humano hay en el hombre y en la mujer, lo que nos es común y no lo que nos separa -y no lo que nos aliena: el poder y sus instituciones-, aunque aquellos acontecimientos fueran reprimidos y no lograran imponerse. Acontecimientos rebeldes, pues, que han marcado la historia, y que por tanto diujan otra orientación posible y no utópica de ésta, es decir, posible en el tiempo histórico y no más allá, en cualquier edén".
Resulta especialmente atractiva la selección de estos días rebeldes, porque incluye tanto acontecimientos multitudinarios y muy conocidos (la Comuna de París en 1871 o la revolución de 1936 en España) como otros individuales, pequeños y más silenciosos (el rechazo de Rosa Parks a ceder su asiento en el autobús a un blanco el 1 de diciembre de 1955); igualmente, el atractivo radica en que los acontecimientos elegidos afectan a todos los territorios del planeta, rompiendo así con la tradicional mirada eurocéntrica y abriendo la rebeldía a una perspectiva de género humano: rebeliones y revueltas en el Egipto faraónico, utopías libertarias y movimientos campesinos en China, las luchas de los cimarrones en Remedios (Colombia), las formas de rebelión en Melanesia, las huelgas de los trabajadores del ferrocarril en Sengal... Cada uno de los acontecimientos narrados concluye con una pequeña sugerencia de títulos para quien quiera saber más y profundizar en ellos.
Por último, el libro no trata de caer en la nostalgia o el victimismo, sino más bien de contagiar la vitalidad de esas resistencias y luchas por la libertad: "Muchas veces, al escribir contra el poder y contra la historia narrada desde el poder escribimos sobre la represión, sobre el dominio que el poder ha ejercido sobre hombres y mujeres, sobre las instituciones que han ejercido esta dominación, sobre el Estado que nos somete: reescribimos así siempre la historia del Estado. Aquí no se trata tanto de escribir la historia de la represión, la historia de la barbarie, como la historia de de la libertad, de la resistencia a la opresión, a la deshumanización, a la pérdida de la comunidad; no se trata de un triste lamento sino de una afirmación de rebeldía. Queremos hacer hincapié, por tanto, en el hecho de que el Estado no logra dominarnos, de que a pesar de tener todo el poder mediático, político, económico y técnico no puede acabar con la rebeldía, no puede domesticar al viejo topo" (Abel Rebollo, Miqel Vallès, Paco Madrid y Quim Sirera, coordinadores del libro).
No quisiera terminar esta entrada sin referirme a la cubierta del libro: la hoja de un calendario en el que algunos días se desmarcan del orden establecido y se ponen patas arriba... Una bonita portada que nos insinúa lo que nos espera cuando abramos el libro.


   

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