Antonia Maymón fue una maestra racionalista con una intensa participación en el movimiento anarquista y naturista. Escribió varios ensayos sobre anarquismo, educación y naturismo, así como algunas novelas cortas y cuentos en revistas libertarias. De su texto La Humanidad Libre, publicado en 1908 en la Biblioteca Juventud Libertaria, entresacamos el siguiente extracto donde defiende un anarquismo humanista, caracterizado por el amor y contrario al uso de la violencia:
"Hay que cambiar, pues, toda la actual organización social, no buscando redentores políticos que nos mejoren la ley y la administración, sino sustituyendo la propiedad privada por el patrimonio universal. Ahora es preciso, indispensable, rebatir dos acusaciones, una la de la violencia, otra la de desorganización; los anarquistas, o sea los que defendemos la sociedad comunista, somos presentados como seres violentos y no hay nada más lejos de lo cierto; las teorías ácratas no tienen nada de violento; defendemos el amor de la humanidad, la solidaridad universal, la paz, la fraternidad entre todos los individuos como hermanos; luchamos por el proletariado para que termine la explotación del hombre por el hombre; luchamos por el burgués que si bien despojado de la propiedad que ilegalmente tiene, entraría a disfrutar de todas las ventajas existentes en una sociedad comunista; luchamos por nuestros tiranos y verdugos, cuyos descendientes, pasados los años, serán felices gracias a nuestra propaganda. ¿Puede darse amor más generoso que el difundido por las ideas anarquistas? Cuando se halle establecida la anarquía y todos disfruten la vida según la marca de las leyes naturales; cuando ninguna ciudad ostente placas que no permitan la mendicidad, supuesto que no habrá nadie que le falte lo necesario, habiéndose relegado al olvido esa palabra hipócrita y embustera que se llama caridad, para sustituirla por esta otra: solidaridad; cuando, en fin, todos trabajen para el bien común y no para el particular, y en esta comunidad encuentren satisfechos todos sus anhelos, los hombres se admirarán de ver que hubo una época en que unos cuantos se obstinaban en amordazar a quienes predicaban este ideal de amor social, que mirando al bien de todos comprendía a los mismos perseguidores"
Noventa y un años más tarde de la publicación de este texto, en Octubre de 1999, tuve la suerte de poder entrevistar a otra mujer anarquista, Carmen Mesa, luchadora infatigable y autodidacta de amplia cultura. Su definición de lo que es el anarquismo entronca claramente con la de Antonia Maymón, ambas están unidas por ese fondo social de conocimiento que se ha ido transmitiendo de generación a generación entre los libertarios:
"El anarquismo es una senda muy maravillosa, pero muy escabrosa para pasarla. ¡Pero que hay que cogerla! Y una vez que estás dentro no la puedes soltar, te embriaga, te emborracha... Y bueno, todo eso es anarquismo, es amor, libertad, igualdad, humanidad de todas las condiciones; ni fronteras, ni color, ni raza, ¡ni bandera!, que no sé por qué la CNT hizo una bandera, nosotros no la aceptábamos. No existe bandera porque al existir bandera existe el Estado y si existe el Estado existen barreras, fronteras... Y en el anarquismo no hay ni fronteras, no hay barreras, no hay color... no hay nada más que humanidad, igualdad, y sentimientos humanos, todo a lo máximo a que pueda llegar."
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