La Escuela Moderna publicó su Boletín de la Escuela Moderna, con alguna interrupción, entre 1901 y 1908. En él se recogían, además de reseñas de las conferencias dominicales y de las visitas y actividades que hacían los escolares de las escuelas racionalistas, artículos sobre temas educativos. Entre los muchos autores que colaboraron se encontraba el pedagogo anarquista suizo Henri Roorda van Eysinga. De uno de sus artículos entresacamos el siguiente extracto:
"Hay una desproporción chocante y ridícula entre el grandísimo número de reglas que el niño aplica, juicios y proposiciones de todo género que recita en clase y el irrisorio total de experimentos, de observaciones y de reflexiones que él mismo hace en el curso de sus estudios. No se le enseña a buscar, sino a responder a las preguntas 'clásicas'. Su saber no es el fruto de su actividad sino la recompensa de su pasividad, y el 'buen alumno' no es en definitiva más que la caricatura del maestro.
¿Sería acaso el objeto de la Escuela formar ciudadanos fácilmente gobernables y hacer que el niño haga el aprendizaje de la docilidad?"
["La Escuela y el saber útil", publicado en el Boletín de la Escuela Moderna, nº3, 1 de julio de 1908.]
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